El arquero suplente

Pocos casos son tan notables y a la vez tan poco difundidos en la historia de los deportes de conjunto. Es inobjetable que cada deporte tiene su esencia y que hay cosas que son inmodificables, no pretendo mezclar las aguas ni quitar la identidad, mucho menos faltarle el respeto a la historia. Pero estoy completamente convencido que hay un caso que debe ser revisado, al menos en virtud de tanta gente que se ha sacrificado y que ha pasado por la historia del fútbol sin pena ni gloria, seguramente estos hombres podrán hablarnos del sacrificio, la dedicación y el espíritu de equipo; que durante la semana es tan importante trabajar como en los partidos, que el bien de todos es lo importante y que lo grupal debe estar siempre por encima de lo individual. Por supuesto creo que coincidimos con todo lo dicho anteriormente, para conformar un grupo, un equipo y un plantel es necesario tener gente con esos pensamientos. Ahora bien, ampliemos un poco el espectro y no pensemos solamente en los profesionales, puesto que éstos hacen su trabajo y si un club les paga un salario por estar eternamente en el banco calculo que son gajes del oficio, dentro de esta categoría podríamos incluir también (si bien no es el tema que nos convoca) a los jugadores como el conejito Saviola que estuvo infinidad de tiempo sentado en el banco del Barcelona pese a su buen rendimiento aunque esto no lo privaba de cobrar religiosamente un suculento contrato. Pero bien, volvamos al tema principal y ahora que vamos avanzadas algunas líneas es hora de nombrarlos, y hablábamos de aquellos que no son profesionales, de esos que participan en algún equipo en forma amateur o forman parte del equipo de una empresa en los tan afamados y competitivos torneos que se arman. Son ellos los arqueros suplentes ¿Cómo puede ser un puesto tan ingrato para con una persona? ¿Cómo no han protestado y marchado a la sede de la FIFA o la International Board? ¿Cómo es posible que un jugador pase por un club sin siquiera jugar 10 minutos en el equipo? ¿Qué termines un campeonato y hasta el más benjamín haya sumado minutos de juego exceptuando al arquero suplente? Me pregunto y retomo la cuestión inicial de este párrafo como un reglamento puede ser tan obsoleto de permitir solo tres cambios ¿en virtud de que? ¿Qué espíritu de equipo y cooperación hay en un deporte que propone que sean solo once o tal vez catorce los que decidan un partido? Párrafo aparte para el Coco Basile y su equipo “de memoria”, o sea que si el coco no te tiene de memoria no pisarás jamás la cancha estimado jugador de la ribera. El reglamento debería permitir como mínimo 5 cambios, y creo humildemente que los cambios por lesión no deberían contar, aunque sé que por supuesto abundarán los fraudulentos que simularán calambres para permitir la modificación con lo que tendría que haber un perito medico en la línea de cal lo que tornaría imposible esta modalidad. La introducción de los cambios se debe haber logrado luego de ver situaciones ridículas como aquella donde Rubén Marino “hacha brava” Navarro sacudió a un joven y veloz Bambino Veira teniendo este último que abandonar el campo de juego por lesión y dejando así a su equipo con uno menos, una situación de lo mas ridícula viéndolo desde la actualidad, una atrocidad sobre todo porque el infractor no fue ni siquiera amonestado (aunque tampoco existían las tarjetas) y siguió jugando como si nada hubiera pasado.

Este tema de los cambios es extremadamente ingrato con los jugadores y creo que limita también las cuestiones tácticas de un deporte tan apasionante, un entrenador puede solo realizar tres modificaciones. ¿Cuál seria el problema de que sean más? O mejor aún… poner un 9 cuando va abajo en el marcador, y luego sacarlo para poner un volante de contención y aguantar el resultado. ¿Es un pecado? Reconozco que no es propio de la cultura futbolística pero se podría pensar al respecto. Entonces si consideramos que es poco 3 cambios imaginemos para el arquero suplente lo que eso significa, ningún entrenador del mundo gastaría un cambio en el arquero a menos que haya una lesión de por medio. Seria interesante saber a ciencia cierta con que expectativas entra en calor un arquero suplente, si pensamos en que el bien común esta por encima del individual ese jugador sabe que no va a ingresar nunca, porque su única chance de hacerlo es que se lesione su compañero titular y habíamos reflejado en el primer párrafo que su abnegación y dedicación al equipo no les permite hacer eso. Seamos mal pensados e imaginemos que desea jugar, el jugador trota y elonga deseando que su compañero sufra una torcedura, un desgarro o cualquier otra situación que lo deje fuera de partido, mejor ni pensarlo porque es horrible. Ahora bien analicemos esa situación puntual y muy particular, el arquero que ingresa ante la lesión de su compañero titular, este jugador esta frio ya que no cuenta con mas de 5 minutos para realizar la modificación, le lleva un tiempo meterse en el partido, debe suplir una ausencia complicada, es a todas luces una situación desfavorable y muy difícil de remontar. Otro ejemplo de esta situación es si el arquero es expulsado en una situación de penal y ultimo hombre, nuestro abnegado arquero suplente debe ingresar frio y encima a intentar atajar un penal, ¡pobre muchacho!

Hay en mi memoria una sola persona que pensó en el arquero suplente, a esta altura nuestro “querido” arquero suplente y es José Néstor Pekerman, este laureado entrenador de juveniles tenía una sana costumbre que le vi aplicar en los mundiales de la categoría. Argentina generalmente llegaba al tercer partido en una posición favorable o mejor dicho clasificada, entonces José entre la rotación de jugadores que proponía hacia jugar al arquero suplente, fue así que vimos con el buzo de argentina al ex arquero juvenil de Racing, Pezzuti en reemplazo del Vasco Irigoytia de River. Esto siempre me pareció la decisión más docente que vi en un entrenador de alto rendimiento. Alguno me podrá cuestionar que el partido no era decisivo pero seguramente para la ilusión de un jugador juvenil la sensación de haber participado desde el verde césped es determinante.

Curiosamente al equipo de José pero esta vez en categoría mayor le sucedió lo del cambio de arquero, cuando Abbondanzieri debió salir lesionado ante Alemania para dejarle su lugar a Leo Franco. En la situación particular del mundial fue más llamativo porque creo que pocos sabían a ciencia cierta si el segundo arquero era Franco o Ustari. La cuestión es que Franco debe saltar desde la pasividad del banco a cortar un centro y encima luego afrontar la presión de la tanda de penales, donde casualmente su colega Lehman hizo gala de una de las curiosidades mas grandes de la historia de los mundiales, muchas veces se habla de la “viveza criolla”, pero no muchos hablaron de la “viveza teutona” porque ante cada ejecución argentina Lehman sacaba de su media un papelito. Esto a la vista de las cámaras y los adversarios parecía indicar los lugares a donde pateaban frecuentemente los argentinos, quizás el papelito no tenia mas que la lista de supermercado de la madre de Lehman, o las indicaciones para lavar la ropa Adidas y el logo de no planchar, pero nunca lo sabremos. Eso si, en el partido por el tercer puesto de aquel mundial el arquero de los locales fue Oliver Kahn, el arquero suplente.