Transcurren las primeras fechas del torneo apertura 2009, los equipos se van acomodando y aún no se vislumbran cuales serían los equipos que lucharán por el campeonato, pero la pelea que ya se conoce desde el comienzo es la del descenso y la promoción todo gracias al infame sistema de promedios que solo se aplica en la república argentina.
Por estos comienzos Banfield viaja a Mendoza a visitar a uno de los equipos ascendidos Godoy Cruz. El partido transcurre con normalidad, de ida y vuelta y con Bertolo, Caruso, Leiva y Figueroa como protagonistas. Con el resultado empatado en uno hay penal para Banfield, como es ya habitual en el equipo del sur del gran Buenos Aires su capitán y arquero Cristian Lucchetti toma la responsabilidad; silbato del arbitro y ejecución de Lucchetti y atajada de Ibáñez.
Es en ese preciso momento donde comienza una situación inédita en el fútbol mundial, la atajada de Ibáñez es tan precisa (o el remate tan poco acertado, a gusto del lector) que no da rebote y queda con la pelota en su poder, como sabemos el arquero visitante se encuentra a escasos metros del local y cualquiera sacaría rápido para encabezar un contra ataque con posibilidades de éxito ya que se encuentra el arco contrario desguarnecido. Pero no, Ibáñez no y es hasta este punto donde quería llegar, el arquero del conjunto mendocino en una actitud corporativa, de camaradería o gremialista entre arqueros ¿Qué hace? Espera que su colega vuelva a su arco.
Alguien podrá hacer referencia a una actitud de caballero o incluso de “fair play” y creo que ahí radica el meollo del asunto. Muy lejos de ser una actitud destacable la de Ibáñez es una decisión en primer lugar egoísta y narcisista y en segundo y principal es no solo equivocada si no anti deportiva, a continuación con una serie de sencillos puntos me propongo desarrollar este concepto:
· ) Al no sacar rápido Ibáñez está contradiciendo el espíritu de todos los deportes (y mas los profesionales) del mundo, QUERER GANAR. No hablo de que ganar es lo único que importa, mucho menos de que el fin justifica los medios, hablo de la esencia, la idiosincrasia, el espíritu y el sentimiento por el cual cada persona que participa de un juego o un deporte se moviliza y es el sentimiento de querer ganar. Esto no quiere decir destruir al adversario, ni hacerlo a cualquier costo. Pero si no jugamos para ganar ¿Por qué lo hacemos? ¿para que entrenamos durante la semana? ¿para que practicamos deportes de oposición? ¿Qué sentido tienen esos once muchachos que están enfrente y buscan sacarnos la pelota y mucho mas meterla en nuestro arco? Es una locura total no aprovechar la situación táctica de tener al arquero rival dentro de la propia área, la posesión segura de la pelota y no intentar buscar el gol.
¡Ni hablemos del resultado parcial! No creo que exista una mejor situación para intentar romper el empate que sacar rápido y tomar al arquero rival corriendo desesperadamente para intentar llegar a su arco antes que la pelota. Ante la pregunta de un periodista Ibáñez citó una situación donde Juan Pablo Carrizo le contuvo un penal a Saja y esperó que retornara para sacar, lo que no dijo el arquero mendocino es que en esa oportunidad en el monumental de Núñez river ganaba 3 a 1 y el resultado no peligraba para nada, aunque igual me permito repudiar la actitud.
· ) Otra de las cuestiones que atañen al tema es que si Lucchetti decide ir a patear el penal lo hace sabiendo que corre el riesgo de errarlo y tener que emprender una carrera desesperada hacia su propia valla, entonces el equipo de Banfield toma la decisión (táctica por supuesto) de que su arquero sea el ejecutor de los tiros desde el punto penal, creo que aquí podríamos también reflexionar si es cierto que en todo el plantel profesional del equipo del sur no se encuentra un ejecutante igual o mejor que el mencionado Cristian Lucchetti pero eso es hueso duro de roer puesto que me achacarán la personalidad del capitán, el caudillismo, el quitarle presión a otro tipo de jugadores, la que impuso Chilavert, etc., etc. Volvemos entonces, el equipo dispone que el arquero tome esa responsabilidad entonces pueden ocurrir algunos sucesos de los cuales solo tomaré 4 ejemplos 1) el arquero ejecuta y es gol, festejo, abrazos, vuelta al trote y todos contentos. 2) la pelota sale por fuera del arco, el arquero vuelve velozmente y lamentándose. En este punto seguramente el doctor Bilardo tendría a los alcanza pelotas entrenador de manera tal que ni bien la pelota traspasa la línea ya tuviera una el arquero local para encabezar el contra ataque 3) el arquero rival ataja y la pelota sale al córner, el ejecutante demora como para darle tiempo a su guardameta que vuelve lamentándose y 4) la menos frecuente creo, el arquero rival contiene y se hace con la pelota siendo esta la situación inmejorable y mas propicia para encabezar un contra ataque haciendo honor a la frase de que el arquero es el último defensor y el primer atacante.
Ahora bien nuestro bien ponderado arquero no tuvo en cuenta ninguno de estos puntos, ni el resultado, ni se acordó de cuando era pequeño y terminaba de merendar a las apuradas para ir a jugar al potrero con el objetivo de divertirse, estar con sus amigos y obviamente…GANAR; Nelson Ibáñez se ocupó solamente de imitar a Carrizo arquero del campeón de aquel torneo donde esperó a su colega de San Lorenzo.
Cerrando esta viñeta debemos decir que si la idea táctica de un equipo es que su arquero ejecute los penales esa idea debe contrarrestarse sacando rápido en caso de que falle.
· El reglamento permite al arquero ejecutante cambiar temporalmente su buzo por una camiseta, permitiendo así dejar a un compañero con el buzo de arquero protegiendo su valla. Para esta situación, aunque muy poco frecuente, el reglamento estipula que el arquero al igual que cualquier otro jugador puede cambiar de puesto siempre y cuando el juego se encuentre detenido y con previa autorización del arbitro, lease situación ideal para hacerlo antes de patear un penal. Si el reglamento permite esta acción es porque se sobre entiende que de no ser así el arco quedaría desprotegido y el rival con la oportunidad de conseguir un gol. ¿por qué Nelson Ibáñez decide pasar por sobre el reglamento?
· En el fútbol súper profesional de nuestros días hablar del negocio y del dinero es tan incómodo como inevitable. Los jugadores están muy lejos de ser aquellos pintorescos señores que aparecían en la cancha luego de haberse comido dos platos de tallarines o un kilo de asado del domingo y salían a jugar con la desfachatez y el desparpajo propio de un picadito (como Ibáñez en su infancia después de la merienda), nada de eso. Hoy los jugadores son atletas profesionales que negocian y pelean su salario al igual que cualquier trabajador en relación de dependencia. Bien es sabido que cualquier equipo profesional del mundo cobra premios, y estos generalmente son “3” por ganar, “2” por empatar y “1” por perder (simplifiquémoslo así). Entonces aquí es donde quiero concluir con la idea de que la decisión de Ibáñez fue egoísta, la decisión no él quien seguramente lo hizo de buena fe e intentando ser un buen rival pero se equivoca. Al no sacar rápido le está quitando a sus diez compañeros en cancha y demás que se encuentran fuera la posibilidad de ganar y por ende acceder al premio “3”, no creo que esté bien que un solo integrante tome la decisión por encima del resto y mucho menos si afecta económicamente a todos.
No olvidemos también que si bien no estaba claro quien peleaba el campeonato estaba claro que Godoy Cruz como recién ascendido necesitaba sacar puntos y mucho mas en condición de local y ante un equipo no denominado “grande”, que no se me mal interprete River, Boca o Independiente pueden ganar perfectamente en Mendoza que a ningún tombino se le ocurriría pensar en los puntos perdidos.
Por supuesto que Nelson Ibáñez podría haber sacado rápido, la pelota caer en un compañero quien la perdía súbitamente, o se iba al lateral y la jugada quedaba sin efecto pero eso afortunadamente es parte de la dinámica de lo impensado que es el futbol.
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