La crisis en Europa ya no es novedad, los pases multi millonarios con los que los clubes criollos llenaban sus arcas son solo un recuerdo. Ahora a conformarse con que los grupos inversores dejen alguna tajada y un porcentaje de una futura venta.
Pero en este teatro veraniego de las transferencias hay personajes que SIEMPRE ganan, no son los futbolistas. Son los representantes de jugadores e intermediarios en las operaciones. Estos cuervos capaces de ofrecerle contrato a un chico de 8 años son los que realmente movilizan el mercado a fin de quedarse con el dinero que representan sus porcentajes.
Hoy en día las transferencias a liga ignotas son moneda corriente. Leonel Nuñez a Turquia, Canuto a Israel, Fórmica a Turquía, Cristaldo a Ucrania y siguen las firmas. Los jugadores muchas veces ven truncadas sus posibilidades de seguir creciendo futbolísticamente en pos de ganar algún billete rápido.
Los únicos que ganan en esas transferencias son los intermediarios, los jugadores generalmente recalan en ligas de poco nivel, donde es complicado adaptarse futbolistica, sociológica y geograficamente. Lo mas probable es que a los 6 meses el talentoso jugador de un club grande vuelva a préstamo a Argentina, pero esta vez falto de ritmo y caido animicamente.
Por supuesto que los jugadores no son ningunas carmelitas descalzas y ganan unos cuantos billetes, pero ellos al menos son los que ponen el cuerpo y el sacrificio de viajar a culturas diferentes. Sus representantes siguen su rutina normal de blackberrys, reuniones y buena vida, engrosando su cuenta bancaria a costa de un jugador que pasa frío en Moscú.
Casos testigos sobran, me detengo brevemente en dos. El primero Maximiliano Moralez, luego de una aparición interesante en Racing y un excelente mundial sub 20 de Canadá (botín de plata), "frasquito, es vendido a Rusia. Resultado: a los 6 meses Racing volvió a pagar por su préstamos y volvió a la Academia para salvarlo de la promoción. El jugador perdió 6 meses de ritmo y continuidad, volvió al mismo lugar. Racing gastó una parte de lo que había ganado en la transferencia, ¿el representante? Hizo negocio de ida y vuelta, porcentaje por la venta a Rusia y porcentaje por el préstamo a Racing.
Segundo caso, el "torito" Cavenaghi, emigró de River como el sucesor de Crespo y Batistuta, llegó a la gélida ciudad de Moscú. Estuvo 6 meses sin jugar por su falta de adaptación al césped sintético. Con muchísimo esfuerzo logró ser transferido al Burdeos de Francia donde volvió a codearse con el gol, hoy en el Mallorca intenta retomar la senda en un fútbol mucho mas parecido al que jugaba en Argentina, aunque la vocación ofensiva de su equipo no es determinante. Resultado, el jugador truncó una brillante carrera, si hubiera sido transferido a un equipo importante podría haber hecho una carrera diferente. El representante ganó siempre.
Así es que no es de sorprendernos cuando un futbolista vuelve con el caballo cansado de alguna liga remota, el negocio ya está hecho. Billetes, billetes, lo demás son firuletes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario