Gracias Horacio

El buen juego de España tuvo su merecido premio, el planteo de Holanda fue llamativo, pero hubo un protagonista de la final que se llevó las miradas de todos.

El arbitro inglés Webb no estuvo nunca a la altura de las circunstancias, y permitió a Holanda desarrollar el juego macabro de cortar con infracciones violentas y tácticas el juego propuesto por España. Webb dejó terminar en cancha a Van Bommel quién se la pasó pegando durante todo el partido, cualquier cosa azul que pasaba por el medio recibía una patada (justamente de un ex barcelona) que completó su tarde anti deportiva devolviendo mal un lateral cuando había un jugador caído. Lamentable.

Webb ignoró la patada voladora al pecho que recibió Xabi Alonso y omitió amonestar por segunda vez a Robben luego de que éste tirara la pelota lejos tras el silbato. Sin embargo amonestó a Xavi por lo mismo más tarde, ¿paradójico? ¿o corrupto?

Los jugadores al igual que los chicos de la escuela ante la novicia de un profesor, o de los hijos desafiando la capacidad de poner límites de sus padres, se dieron cuenta de que había vía libre para golpear, protestar y ensuciar el juego. Obviamente a Holanda le caía mejor esta situación, pero hasta el bueno de Iniesta se enojó y reaccionó ante el enésimo pisotón de Van Bommel.

Un mamarracho la tarea arbitral, que de alguna manera enaltece lo hecho por Horacio Elizondo hace cuatro años.