Idas y venidas

El caso que me convoca es el de Juan Pablo Carrizo, pero como este hay miles (Palermo al Villarreal, Moralez a Rusia, Rolfi a Francia, etc). Hablo de un jugador que se encuentra en el momento cúlmine de su carrera a nivel local y es transferido a un club de dudosa jerarquía, sucede entonces que ese jugador va, está un torneo y vuelve a la misma institución que lo vio partir. Pero indudablemente ya no es el mismo, vuelve sin ritmo de competencia y con mucho menos ánimo del que partió.

Me pregunto por qué los jugadores aceptan estas propuestas que muchas veces los perjudica, a mi juicio tanto Carrizo como frasquito Moralez podrían o deberían haber tenido destino europeo triunfante si hubieran sabido esperar un momento más en sus clubes. Pareciera que los jugadores se nublan ante la posibilidad económica y dejan de lado la gloria o la competitividad que es lo que los llevó a ganar dinero.

Entonces el panorama concluye con que el jugador hace una pequeña experiencia muy poco relevante en lo deportivo y vuelve al club que lo dejó ir, donde en ese momento era pieza clave. Concluyo diciendo que los representantes e intermediarios manejan mucho mas los destinos del fútbol que cualquier dirigente, y mucho más que los propios jugadores.