Como hincha de Independiente siempre me enfureció la forma en que concluyó la carrera de Burruchaga como jugador en Independiente. Burru vino en el año 95, fue clave en la obtención de la Supercopa y desplegó magia, humildad y sobre todo experiencia. Jugó aquella final contra Flamengo como quien anda en ojotas colgando la ropa en el patio de su casa, distribuyó, hizo circular la pelota, en fin una actuación notable, épica. El club de Avellaneda decidió dejarlo libre en el verano, y Jorge Burruchaga lejos de los cuestionamientos o las declaraciones subidas de tono comenzó simplemente su carrera como entrenador, en Arsenal de Sarandí.
Un final para nada acorde a un campeón del mundo y para un jugador que le dio infinitas alegrías al club de Avellaneda.
Pero resultó que Burruchaga además de un crack como futbolista es un buen entrenador, entonces de sus buenas campañas con Arsenal donde conquistó la Copa Sudamericana pasó a Estudiantes de la Plata. Llegado a octavos de final de la Copa Libertadores a Burruchaga le ofrecen dirigir Independiente, yo los hubiera mandado al mismisimo carajo, pero evidentemente Burruchaga tiene sentimientos de gratitud, códigos y amor por el rojo. Entonces dejó a Estudiantes y fue a Independiente, donde por supuesto a los 4 meses lo despidieron debido a "malos resultados". Otra vez Burru agarró su bolsito, como el chavo cuando dejaba la vecindad, y partió silbando bajitos, alejado de los cuestionamientos que cualquiera hubiera hecho.
Afortunadamente volvió a dirigir y le está yendo bien. Estoy evaluando acercarle una copia de HÉROES a la comisión de Independiente, aunque mas me gustaria un partido homenaje, donde Burru pueda despedirse de la gente del rojo como corresponde, como el ídolo que verdaderamente es.
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