Nada de mesías

No hay nada mejor que ganar el primer partido 1 a 0. Una derrota hubiera complicado el panorama y obligaba a quemar las naves frente a Corea, por otra parte un 3 a 0 (que podría haber sido perfectamente si no hubiese estado el arquero amarillo) hubiese disparado toda una cadena de candidaturas y de equipo invencible que no es saludable.

Argentina jugaba mucho más que su primer partido, se jugaba para ver si se podía confirmar ese animo esperanzador que brotó en las últimas semanas. En lineas generales el equipo cumplió, el gringo quizás el jugador más cuestionado se dió el gusto de ser el artífice de la victoria, Verón criterioso, Carlitos muy bien, Romero sobrio. En deuda quedaron Di María, Jonás a quién por momentos le quedó larga toda la banda y la cuota de gol de Higuain que igualmente hizo un buen partido.

Pero sin dudas el que sin proponérselo calló varias voces opositoras fue Lionel Messi, el "pibito" del Barcelona dió cátedra, como para que escuchen y se laven la boca antes de hablar todos aquellos que sostenían que en la selección no rendía y hasta incluso dudaban de su nacionalidad.

Messi tiene un control y domino en velocidad solo comparable a un jugador de Playstation (con 95 de speed y aceleration obvio), un freno terrible y mucha capacidad de hacer daño a la defensa rival.

Ni bien comenzado el partido, a los 4 minutos dejó cuatro en el camino y tocó suave atrás para Higuaín que eleigió definir de derecha en lugar de con la zurda como quizás lo solicitaba la situación.

Comienzo esperanzador, Messi impecable. Con cualquier otro arquero (el de Inglaterra preferentemente) el resultado hubiese sido mas abultado. Arriba Argentina