Nido de caranchos

Con esta frase que titula este post se refería mi mamá al estado de orden de mi pieza.
 Esta frase también se aplica al estado político, social y económico de nuestro país. Un claro ejemplo es el viaje de los barras en el mismo avión que los jugadores de la selección Argentina rumbo a Sudáfrica.

¿Es posible tanta impunidad? Se los vió en todos los noticieros cantando, "agitando" y faltandole el respeto a los presentes. Incluso no dejaban dormir a quienes supuestamente iban a "alentar".

Si los barras pueden viajar y ser transmitidos en vivo está claro que la impunidad es infinita. Al igual que en la película de Trappero donde se aprecia la complicidad de abogados y médicos para cobrar indemnizaciones, en nuestro país el negocio de las barras parece estar blanqueado, todos despotrican y se sorprenden. Pero los tipos siguen estando ahí y viajando privilegiadamente.

Vivimos en un país donde los delincuentes tienen privilegios, donde el ciudadano común, el que trabaja o el que estudia está en peligro atravesando zonas liberadas. Y esto no es un comentario desestabilizador de gobiernos, ni un  guiño al grupo clarín, nada más alejado de eso. Simplemente me preocupa que mi hijo crezca en un país donde la policía es cómplice de los delincuentes y sólo detiene a los giles, donde la justicia condena a los pobres y libera a los ricos, donde los pibes van al colegio para comer e incluso algunos le roban la comida antes de que les llegue, donde los barras (delincuentes condenados) viajan y aparecen impunemente al lado de Messi y Maradona, vivimos en un auténtico nido de caranchos.