Mucho se habló antes del inicio del torneo del movimiento del mercado de pases, esta sociedad de consumo en la que vivimos generalmente nos crea una falsa ilusión de que cuantos mas pases hay mejor será el nivel del campeonato, cosa que claramente no es cierta.
Ahora bien, si hilamos un poco mas fino veremos que si bien es cierto que hay mucho cambio de nombres la gran mayoría de los pases se realizó a préstamo. Sobre un total de 156 transferencias 130 fueron préstamos, de diferentes características pero cesiones a préstamo al fin. Tan solo hubo 26 compras, y de esas 11 fueron definitivas y las 15 restantes compra de porcentajes.
Los préstamos no solo entre clubes locales si no que provienen de afuera también. Hay dos realidades contrapuestas bien claras. Una es la de Quilmes que sumó 19 jugadores, todos a préstamo. Y por contrapartida Vélez, Estudiantes y Lanús que realizaron pocas incorporaciones pero definitivas.
El problema del préstamo es el de aquel viejo refrán "pan para hoy, hambre para mañana", es que los jugadores como llegan se irán finalizado el préstamo ya que generalmente sus opciones de compra son elevadas. Esto al fútbol argentino parece no importarle demasiado, la actualidad obliga a tapar agujeros como sea.
Siempre recuerdo "la gesta del 2002" de Independiente, que apremiado por el fantasma del descenso se llenó de jugadores prestados (practicamente once), salió campeón y al año siguiente no quedó nadie. Hoy esa realidad la vive River, club que realizó su incorporación estrella Mariano Pavone a préstamo a cambio de 500 mil dolares.
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