Por supuesto que la idea de superioridad existe, si un equipo está mejor parado que el rival, maneja la pelota y aprovecha las zonas débiles de la defensa rival tendrá mas chances de marcar. Pero es ridículo pensar que existe una relación matemática directa entre las posibilidades de gol y los goles mismo. Digamos, Boca llega 5 veces, merece un gol. Los merecimientos no existen, los goles se hacen o no, es así de simple y así de complejo a la vez.
Esto de "merecer" se asemeja a aquel "resultado moral" que publicaba la revista goles, donde un equipo perdía 3 a 0 pero el resultado moral por el resultado del partido era 2 a 2. Es una situación romántica y simpática pero claramente no tiene nada que ver con el fútbol, con lo que pasa en la cancha.
Un equipo puede estar volcado en ataque completamente, con la idea de conseguir un gol. Sin embargo parte un contra ataque y gol del rival. Los relatores se ofuscan, ya que se considera injusto que el rival consiga un gol mientras el otro equipo es absoluto protagonista de la acción. El gol no avisa, el gol llega y listo.
Por supuesto que desde este blog adhiero a la idea de Bielsa de ser protagonista de todos los partidos y en todas las canchas. De buscar el gol permanentemente, de ser profundo y dejar la especulación de lado. Pero dentro de esa lógica de entender, sentir y vivir el fútbol no se puede estar exento de sufrir una contra, un cabezazo o una carambola en contra. Y no es una situación injusta o calamitosa, está dentro de la lógica del fútbol, una lógica que permite a un equipo hacer el gasto durante 90 minutos y sufrir una derrota en la última pelota parada, como también a un equipo mediocre defenderse todo el partido y aprovechar la única oportunidad de gol.
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