La trituradora

La pasada semana el tema de la semana fue la posible salida de Borghi, por supuesto que es una estrategia de los periodistas para tener de que hablar el lunes y el martes, esperando el partido de la re copa del miércoles. Pero también es preocupante como público en general, jugadores y los mismos entrenadores aceptan esta lamentable realidad de quien pierde 4 partidos debe salir de su cargo.

Por supuesto que no resiste ningún análisis pero pensemos por un segundo, ¿es coherente pensar que la salida del entrenador puede cambiar algo? ¿son 3, 4 o 5 partidos medida para llegar a una conclusión sobre el rendimiento de un equipo? ¿todos los equipos están obligados a ser campeones invictos? Las respuesta clara y obvia es NO.

Supongamos que el caso de Borghi es particular, ya que es un personaje carismático, con espalda para aguantar una semana turbulenta y está en Boca que siempre es noticia. Pero el Bichi no es el único en la cuerda floja, también se buscan posibles sucesores de Troglio y de Rivoira. Es absolutamente ridículo, además supongamos que Rivoira deja su cargo, este mismo entrenador en 4 o 5 fechas seguramente reemplace a otro, mientras todos olvidan que fue echado teóricamente por malos resultados.

El fútbol argentino moderno es una calesita donde muchos se suben y muchos se bajan, afortunadamente hay excepciones como Gareca y Zubeldía pero son la amplia minoría, en un mundo de vorágine. El colmo de los colmos fue la salida de Vivas de Racing, el presidente del equipo académico se excusó diciendo que 5 partidos eran pocos, pero como había habido fecha entre semana se habían sacado muy pocos puntos en poco tiempo. Un insulto a la inteligencia.