En Huracán sus insultos habían generado incluso la simpatía de algunos periodistas del medio, otros decían que Cappa y Federico Luppi eran "los mejores puteadores nacionales". Pero aquel equipo jugaba realmente bien, y los exabruptos pasaban a tercer plano y no eran tan recurrentes.
Mostró la hilacha justamente ante River, con el famoso "sin manos" con quién se refería a Daniel Vega, hoy suplente de Carrizo. Con su llegada al club de Nuñez queda claro que es una práctica recurrente. No hablo de lo que es políticamente correcto, de las formas o como una señora preocupada porque hay niños viendo la tevé, me pregunto ¿es posible para un entrenador estar concentrado en el desarrollo de un partido con semejante nivel de alteración?
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