Para reflexionar y considerar

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sábado, 2 de octubre de 2010

Lo bueno si breve...

Se rumorea entre los pasillos que el emperador Juilus Humbertus está dispuesto a volver a los torneos largos, curiosamente su principal opositor es su hijo, que bregando por los intereses del Arsenal de sus amores considera que en un torneo largo el equipo de Sarandí tendrá menos chances de campeonar.

Existe desde los campeonatos ganados por Banfield y Argentinos, la idea de que en un torneo corto hay chances para todos, incluso para que ellos que llegan con pocos pergaminos o que no han ganado nunca. Esto también puede ser leído como "torneo parejo", pero yo prefiero denominarlo "torneo mediocre".

En este fútbol para todos que nos permite ver los 10 partidos cada fin de semana el espectáculo es muy pobre, afirmo que es practicamente imposible ver mas de un partido completo resistiendo a la tentación del zapping.

La mayoría de los equipos juegan a no perder, hay mucho conservador y los entrenadores sufren en una silla que los eyecta ante la mínima negativa en cuanto a resultados. Son contados los casos de clubes que trabajan bien, apoyando a un proyecto y sosteniendo entrenadores; no de casualidad son los mejores y mas regulares: Estudiantes, Velez y en segunda instancia Lanús y Banfield.

Los equipos históricamente grandes están de capa caída, sin tiempo para soportar proyectos se ponen plazos en base a la opinión de los hinchas y de periodistas inescrupulosos que prefieren el negocio de anunciar salidas y arribos de técnicos a la opción de hablar de fútbol. El torneo corto permite dos títulos por año, y el comienzo de uno nuevo a los pocos meses brinda un poco de oxigeno y esperanza de poder pelear. Claro que sin una idea es complicado.

El miedo a los torneos largos es la posibilidad de que dos equipos (como el Barsa y el Madrid) se corten y luchen solos el torneo mientras otros pululan en la eternidad de la mitad de tabla. También se especula con que los equipos denominados "chicos" sufran las 38 fechas por la falta de plantel. Estas son apreciaciones en principio ciertas, pero a la vez el torneo largo obligaría a los clubes a planificar como mínimo 10 meses de trabajo, se evitaría este cambio de 3 entrenadores en 19 fechas, y a la vez da mas tiempo a un equipo a asentarse y buscar el rendimiento deseado. En el torneo corto 3 derrotas consecutivas dejan a un equipo fuera de la discusión. También es cierto que cuando los torneos eran largos en Argentina el partido ganado otorgaba 2 puntos, hoy quizás una rachita de 3 o 4 partidos permite una distancia indescontable.

Son especulaciones, particularmente prefiero el torneo largo, con una copa Argentina (como la del Rey en España), sin promedios pero con promociones. Creo que esto permitirá trabajar mas a los equipos y nivelará hacia arriba.

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