Todos para uno

Las políticas deportivas que implemente una institución son determinantes para el futuro de la misma. En Argentina sobran ejemplos de clubes que decidieron elaborar y apostar por un proyecto, que por supuesto quizás no tenga un resultado inmediato, pero que a la larga dará sus frutos y ordenará las cosas. En esta realidad de urgencias y despidos de los clubes argentinos, tener un proyecto y tranquilidad sería como encontrar una catarata de agua en el desierto.

Independiente no se ha caracterizado en esta década, ni en la anterior por ser un club sólido y con un proyecto institucional como si lo había sido a lo largo de su historia. Aún así se las ingenió para ganar un par de campeonatos y para sacar chicos de las inferiores, entre ellos la joya Kun Agüero.

Luego de dos torneos exitosos (sin títulos pero exitosos) Independiente decidió dejar su fútbol en manos de Menotti, quién una vez mas demostró inoperancia y falta de compromiso, despidieron a Gallego, se fueron muchos jugadores y quedó un plantel mas corto. Creyendo que solo con esa tenían un proyecto.

El tema de los refuerzos habla mucho de la política deportiva de un club, no quiere decir que porque Boca compró lo mejorcito del mercado es un gran club, pero si que pretende ordenarse, reforzándose en puestos donde realmente lo necesitaba y enriqueciendo un plantel a la altura de lo que debe ser Boca Juniors. Por otra parte Velez realizó solo dos incorporaciones, también está muy bien. Sólido economicamente y con un gran plantel, pero mas corto ya que no afronta el trajín de la Libertadores y el campeonato.

Volviendo a Independiente, y en contra posición con cualquier buen ejemplo, el equipo de Avellaneda trajo a un lateral izquierdo (pensando en vender a Mareque) e hizo retornar a Fabián Assman (también apostando por la venta de Gabbarini). Mareque no se fue y Gabbarini tampoco, como si esto fuera poco Hilario Navarro está en un gran nivel. Entonces el rojo está pagando el sueldo de tres grandes arqueros y dos buenos laterales. Resultado, uno de los tres no va ni siquiera al banco y se genera una situación que deberá ser manejada con muchísimo tacto para no herir suceptibilidades y romper la relación de vestuario. En el caso de los laterales se están haciendo malabares para colocar a ambos en el equipo, uno de volante y el otro de latera, otro de doble cinco, etc. Lo único que se refleja son las malas políticas y las malas decisiones que persiguen al club de Independiente hace más de una década.