La salida de Borghi estaba rondando la idea del mundo fútbol desde siempre. El entrenador del último campeón no parecía sentirse cómodo con su cargo y dejó entrever varias veces que su ciclo se terminaría antes de tiempo; cuestión que fue desgastando mucho la relación entre el entrenador, los jugadores y los dirigentes.
La filosofía y la idiosincracia de Borghi parecieran no coincidir con este momento actual de Boca. Lo ideal con este plantel y con este entrenador era un año de trabajo, según dirigentes e hinchas Boca no lo tiene. Parecen no ver la realidad, Bianchi y su reinado ya no están, ni siquiera los títulos de Basile y Russo, hace un tiempo que Boca es un equipo pálido. Coincide, no de casualidad si no mas bien por causalidad con la gestión de Ameal. Boca no tiene equilibrio y está lejos de ser la institución exitosa de otras épocas. Y lejos de sentar las bases para volver a serlo, no deja de cambiar técnicos, de protagonizar papelones entre jugadores, jugadores y técnicos, etc.
En este torbellino llega Borghi, con una idea de juego bien distinta a la del Boca actual. Se comenzó a criticar la linea de 3 ni bien se supo que Borghi jugaría con ella. Fantino y otros muchachos se agarraban de que Boca "siempre jugó con 4", como si estuviera dentro de los 10 mandamientos del club. Nunca le dieron tiempo de trabajo y se dedicaron a hostigarlo todo el tiempo.
Lo que no veo bien de Borghi es que antes de irse accedió a cambiar su sistema, ayer fue al monumental con 4 en el fondo y que puso a Riquelme cuando no estaba en plenitud; cosa que dijo que no iba a hacer. Creo que fue un error, sobre todo previendo que su salida estaba mas cerca que lejos. El fútbol argentino pierde a un gran entrenador, lo extrañaremos.
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