Para aprender

El partido de ayer entre Independiente y Tolima tuvo algunos fallos polémicos. El arbitro Amarilla anuló un gol por una falta muy fina a Hilario Navarro, a simple vista no pareció, pero luego las repeticiones demostraron que hubo falta.

Mas tarde se sancionó mal una posición adelantada que terminaba en penal y expulsión contra Independiente. No fue un partido de alto vuelo y digamos que el local nunca superó al equipo colombiano, con lo que la serie se definió por lo que había sucedido en la ida, donde tampoco sin jugar bien el rojo se trajo un empate que vale oro.

Finalizado el partido la televisión entrevistó a Gerardo Vallejo, y vale decirlo, cualquier jugador argentino hubiera aprovechado el espacio mediático para criticar la labora arbitral, el localismo y para slavaguardar la superioridad de se equipo y echarle la culpa a la mala fortuna. Nada de eso, Vallejo habló como un señor, con una educación y respeto pocas veces vista en el medio local, dijo que Independiente merecía respeto y ni siquiera mencionó al arbitro del encuentro. Francamente un ejemplo y un orgullo para los colombianos estar representados por Vallejo.