A los 5 minutos Messi demostró por qué es el mejor del mundo, y en la puerta del área rodeado por una infinidad de rivales la picó, la pelota dio en el caño. Cuatro minutos más tarde Iniesta hizo honor a su apodo, "el cerebro" filtró un pase exquisito para un Xavi, que habilitado, definió magistralmente. Ese gol rompió el partido y el Barcelona borró de la cancha al Madrid, quién solo tuvo un tiro libre de peligro que Valdés desvió.
Llegó el gol de Pedro, los de Villa y el de Jeffren coronó un resultado que no fue para nada abultado, simplemente el fiel reflejo de lo ocurrido en el campo de juego. (no quiere decir que existan 5 goles entre uno y otro, pero si los hubo en el partido de ayer).
El Barcelona tuvo solidez defensiva, con Puyol como héroe y caudillo, Valdés seguro cuando se lo exigió. La clave estuvo de la mitad para adelante, la dupla mágica Iniesta - Xavi fue demasiado para los desconcertados madrilistas, Messi fue genio y figura, esta vez no en la red, pero si en el juego y en las asistencias. Villa demostró porque se liberaron de Ibraimovic y confiaron en sus servicios de goleador. Y para colmo todos los que ingresaron conocían el libreto a la perfección.
Un partido perfecto del Barca, completo dominio del juego en todas las líneas, superioridad numérica tanto para atacar como para defender, excelente ocupación de los espacios y siempre la posesión de la pelota, siempre como un culto. La gran diferencia entre ambos equipos, o una de ellas, fue que para cada portador de la pelota en el Barca existían 3, 4 y hasta 5 opciones de pase. Todas verticales u ofensivas por supuesto. La movilidad de los jugadores en ataque está mas que cerca de aquel fútbol total de la naranja mecánica. Un espectáculo digno de ser visto, este equipo culé que toma la punta, cada día mejor y está decidido a quedar en la historia grande del fútbol mundial.
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