Hasta siempre

Ha concluido uno de los ciclos mas largos y fructíferos del fútbol argentino. No se pudo coronar con un título, como si lo había logrado de ayudante de Ramón Cabrero. Pero Luis Zubeldía consiguió darle una identidad y un sentido a la institución de Lanús.

La continuidad de Zubeldía se dio dentro de un proyecto por el cual apostó la institución del sur, consiguiendo así afianzarse en primera como un verdadero grande. Jugó las Libertadores del 2009 y 2010 y la Sudamericana 2009. Se hizo muy fuerte en su estadio, peleó los torneos, promovió chicos de inferiores como el Toto Salvio que fue vendido en una cifra record para la actualidad de vacas flacas del fútbol argentino. También fue coherente a la hora de contratar jugadores y siempre privilegió no desarmar el plantel.

Por todas las cuestiones mencionadas en el párrafo anterior la salida de Zubeldía sorprende, si bien el ciclo fue largo los dirigentes creyeron que era hora de meter un cambio. Ya se sabía que el sucesor sería y es el "Chucho" Schurrer, entrenador de inferiores del club granate. Casualmente en el cuerpo técnico de Schurrer trabaja el hermano de Zubeldia, como preparador físico.

Una de las cuestiones que emocionan sobre la salida del entrenador es que los referentes del plantel fueron a pedir por él ante los dirigentes, una cosa que no es frecuente. Incluso muchos jugadores se retiraron con los ojos llorosos. Lo que habla no solo de la calidad de Zubeldia como entrenador si no como persona.

Lanús deja ir a un entrenador trabajador y muy capaz, que siendo muy joven es muy maduro. Enemigo del chamuyo y la venta de humo recuerdo una declaración post derrota: "nosotros sabemos que cuando entramos a la cancha hay tres resultados posibles, el día que perdamos de vista esa realidad nos tendremos que ir porque es innegable en el fútbol".