En el caso de este Velez brillante que tiene un juego muy consolidado, producto de una coherencia en el proyecto y de haber mantenido no sólo al entrenador si no a la base íntegra de aquel equipo campeón en 2008, es complejo elegir a un jugador. Pero si tuviéramos que destacar, por virtuosismo y efectividad tendríamos que sin duda elegir a tres: Moralez, el Burrito Martinez y Santiago Silva.
Lo de frasquito no sorprende, vienen manteniendo un nivel parejo desde que llegó a Velez. Siempre punzante y vertical, las pide todas y va para adelante. Por momentos conductor, otras veces directamente de punta. A su buen juego le agregó panorama y capacidad de asistir. Coronó su brillante torneo con un golazo al ángulo de pelota parada, lamentablemente para él justo ante Racing.
Santiago Silva es lo que se dice un goleador, con todas las letras. En pos del gol el uruguayo hace todo bien, define bien, va bien de arriba, se desmarca en el momento oportuno, es muy potente y utiliza magistralmente el cuerpo, tiene buen remate de media distancia y nunca da una pelota por perdida. En el Banfield campeón su cuota goleadora fue la clave, en este Velez también. Hizo goles de todos los gustos, de cabeza, de tijera, definiendo suave o violento según lo exigía la circunstancia y reafirmó su eficacia desde los doce pasos.
Quién quizás mas sorprendió fue el tercero de este clan, el Burrito nunca había tenido continuidad y si bien anteriormente había demostrado destellos de buen fútbol este torneo claramente explotó. Tuvo actuaciones soberbias que bien podrían valerle el rótulo de mejor jugador del torneo (¿MVP?). Con dos goles maradonianos como el que le hizo a Colón entrando al área chica pegado a la raya y picándola como el de ayer a Racing confrimó todo su talento y habilidad. Fue el socio ideal para Silva y fundamental para el equipo.
Cada vez que había gol en Liniers se intuía, eran los sospechosos de siempre.
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